Mi novia y yo, nos disponíamos a viajar a otra ciudad para pasar un fin de semana de vacaciones. Mi novia reservó unos billetes de tren en una zona más escondida a las demás habitaciones. No se porque tenía tantas ganas de reservar unos billetes de ese tipo. Una vez en el tren, mi novia empezó a besarme en el cuello, a desabrocharme la camisa y acto seguido me bajó los pantalones y comenzó a hacerme una mamada. Después de tanto calentón, no me quedó más remedio que follármela ahí mismo hasta que acabé llenándola de mi leche.